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La recuperación emocional: una práctica impostergable.

Así como los deportistas de élite, tras una competencia, necesitan hacer recuperación física para evitar una lesión muscular, cada persona puede realizar dinámicas frecuentes de recuperación emocional para mitigar las experiencias adversas, favorecer el bienestar, el amor propio y la autorregulación emocional.

No hay que esperar a tocar fondo.

Cualquier deportista de élite sabe que, tras una competencia o una sesión intensa de ejercicio, descansar, alimentarse adecuadamente y hacer estiramientos es fundamental para evitar una lesión muscular. En el baloncesto de alto nivel, por ejemplo, se juegan múltiples partidos semanales que provocan una gran carga física en los jugadores quienes acuden a diversas estrategias de recuperación  -como masajes e hidroterapia- para estar en óptimas condiciones. Gracias a distintos y probados métodos logran nuevamente el nivel requerido para sus siguientes encuentros.

Lo mismo debería suceder con la salud mental, definida por la OMS como “un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y puede aportar algo a su comunidad”. *  Sin embargo, en la actualidad, ese estado que nos conduce a la tranquilidad y a estar bien se ve amenazado por altos niveles de ansiedad, estrés, depresión y agotamiento. Por eso se reconoce el creciente deterioro de la salud mental como un problema de salud pública mundial ¿Qué hacer? La recuperación emocional nos ayuda a convertir en oportunidades de crecimiento los retos que se nos presentan, creando condiciones favorables para superar las dificultades.

Así como resulta obvio cuidar nuestro cuerpo, la neurociencia también nos alerta sobre la importancia de preservar espacios de recuperación emocional como estrategias de autocuidado frecuente, partiendo del principio de que las emociones no son ni buenas ni malas, sólo hay que saber gestionarlas.

Entonces, ¿cómo hacemos hacer para lidiar con las llamadas “emociones inferiores” de rabia o tristeza?, ¿somos conscientes de cuánto tiempo permanecemos experimentando dichos estados de ánimo: horas, días o semanas? ¿en qué momento debemos parar y ser conscientes de darles un manejo adecuado?, ¿cuáles son esas dinámicas de desahogo emocional que contribuyen a estar en equilibrio?

No hay que esperar a tocar fondo y a que todos esos sentimientos de abatimiento se junten para tomar acción; cotidianamente, podemos realizar acciones de reparación que mitiguen las experiencias adversas, favorezcan el bienestar, el amor propio y la autorregulación emocional a partir de estrategias personales de comprobada eficacia como las siguientes:

  • Meditación, relajación, mindfulness y la oración: son prácticas que nos conectan con la atención plena, el momento presente y la más íntima relación del ser.
  • Actividades que produzcan de forma natural sustancias como dopamina, endorfina y oxitocina: como tener espacios de diversión, bailar, moverse, encuentro con amistades, cultivar vínculos con personas cercanas que nos ayudan a sanar gracias a conversaciones potenciadoras. Todo ello cambia la química emocional y ayuda a reponerse. Autoridades en liderazgo y psicología positiva como Tal Ben-Shahar advierten que el problema no es el estrés, sino la falta de recuperación (al igual que cuando vamos al gimnasio). De ahí la importancia de energizarse y dedicar tiempo al contacto con la naturaleza, los juegos al aire libre, la actividad física y deportiva. También es muy conveniente tomar descansos de 15 minutos cada dos horas, dormir las horas suficientes, separar un día libre para hacer eso que nos gusta y tomarse vacaciones. * 
  • Las páginas matutinas: su autora, la escritora estadounidense Julia Cameron, (https://juliacameronlive.com/) plantea escribir a mano y en papel, tres páginas cada día al despertar, como una forma de recuperar la creatividad, liberarse de los pensamientos negativos, hacer catarsis y tener un día más ligero. Simplemente, invita a plasmar lo que se venga a la mente por más simple que parezca. “Las páginas matutinas dibujan nuestro mapa interior. Sin ellas nuestros sueños podrían seguir siendo terra incógnita (tierra desconocida). A menudo (…) nos rescatan de la desesperación y nos empujan hacia salidas con las que ni siquiera habíamos soñado”. *

La realidad es que cuidar la salud mental y emocional es tan importante como cuidar la salud física. Incluso ya existen apps en español como Yana (“You are not alone” -No estás solo-) con funcionalidades de inteligencia artificial presentadas como “un acompañante emocional” para abordar temas de salud mental*.

El tema adquiere especial relevancia dado el contexto de transformación digital con opciones de teletrabajo, trabajo remoto y una creciente hiperconectividad que conlleva a la falta adecuada de sueño y numerosos casos de tecnoestrés o tecnoadicción. No es casualidad que el gobierno colombiano promulgara la Ley de Desconexión Laboral en la búsqueda de garantizar el derecho al descanso y el libre manejo del tiempo personal.

Incorporando estas herramientas de recuperación emocional podremos hacer catarsis, potenciar nuestras cualidades y habilidades y hacer frente a los desafíos. Tomar el control de nuestros pensamientos y emociones nos permitirá una comunicación eficaz y un relacionamiento satisfactorio y positivo con el entorno.

Todos deberíamos conocer estas dinámicas de recuperación emocional y echar mano de ellas cuando las circunstancias de la vida así lo ameriten.  Aplicarlas de forma frecuente, como estilo de vida nos permitirá estar mucho más sanos, fortalecidos y resilientes. Son prácticas que trascienden al individuo y deberían extenderse a las empresas, propiciando una cultura de prevención a favor de la salud mental y emocional en el trabajo. Hoy resulta imperioso procurar espacios y ambientes sanos que favorezcan el bienestar de los colaboradores.

Fuentes:

https://www.who.int/es/news/item/03-06-2022-why-mental-health-is-a-priority-for-action-on-climate-change
https://www.bancolombia.com/empresas/capital-inteligente/especiales/wobi-2021-el-increible-ahora/felicidad-antifragilidad-tal-ben-shahar
https://www.eldiario.es/era/paginas-matutinas-beneficios-escribir-levantarse_1_1052071.html
https://www.eltiempo.com/tecnosfera/novedades-tecnologia/esta-aplicacion-probara-si-la-ia-puede-ayudar-a-mejorar-la-salud-mental-794084
Autor(a): Ilene Daza

Autora de los libros Flexibilidad Cognitiva, El líder que sí transforma y ¿Cómo desarrollar la alta competencia? Columnista de Forbes Colombia y colaboradora en reconocidos medios como Revista Semana, El Tiempo, El Heraldo, Portafolio y KienyKe. Coach y Team Coach, especialista en Growth Management, con amplia experiencia en la formación de líderes y ejecutivos en el ámbito organizacional. Speaker internacional, ha sido invitada como ponente en diversos congresos internacionales, compartiendo su conocimiento sobre liderazgo, transformación organizacional y desarrollo de talento. Fundadora de Líderesnet, una academia de formación ejecutiva online, y creadora de la Certificación Internacional de Liderazgo Femenino y Emprendimiento para Latinoamérica. Ha trabajado con empresas nacionales e internacionales en Colombia, Chile, Panamá, México, Perú, Brasil, Estados Unidos, entre otros países, impactando equipos y organizaciones con sus metodologías innovadoras. Además, es profesora de estudios superiores en liderazgo en prestigiosas universidades como la Universidad del Norte en Barranquilla, la Universidad del Rosario y la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá. Actualmente se dedica a la investigación de la mente y el compartimento humano. _Está convencida de que todos poseemos un potencial ilimitado y una zona de genialidad._

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